Suscríbete al Next! Tip de la semana de Mónica Nombre:   Email:       English version      
Home of Emotional IndependenceAbout Magna MentorSpeakingServicesResourcesNEXT! communityMedia RoomTienda virtualContact Monica Venegas
 
 
Dale Next! Al Voto

Por Mónica Venegas

Es contundente. Entre la falta de resultados de gobiernos anteriores y la ausencia de candidatos convincentes, los partidos políticos se encuentran frente a una encrucijada electoral. La pregunta: si algunos contendientes “no dan el ancho” y el voto nulo (o el abstencionismo) es la nueva moda, ¿deben los partidos aceptar resignadamente las consecuencias? o ¿debemos los ciudadanos rechazar esta solución “hecha en casa”? Pero antes de adelantarnos a dar una respuesta tentativa (casi te escucho dando tu punto de vista), revisemos qué es el voto. Según el diccionario, el voto es un método de elección para manifestar una preferencia sobre algo o alguien. En consecuencia, podríamos definir al voto nulo y al abstencionismo como un método de elección para no optar a favor de nada o de nadie. Y al ser un “método de elección”, eruditos y políticos se debaten entre la idea sobre si el voto nulo es igual de democrático que el expreso o si es peligroso para la vida democrática del país. ¿Mi opinión? Es irrelevante este enfoque. ¿Por qué? Porque aunque pudiera ser atractivo evaluar la situación desde el punto de vista de la democracia, para la Independencia Emocional, el problema hoy día no sólo radica en los efectos democráticos que implicaría el no elegir. El problema mayor radica en que evitar elegir a favor de algo o alguien, atenta contra la propia evolución emocional del ser humano. Nos somete a estructuras y procesos de pensamiento obsoletos que nos limitan. Y pone en riesgo nuestro bienestar y el de nuestras futuras generaciones. ¿Cómo sucede? Continúa leyendo.


¿Ejerciendo poder personal o castigando al “enemigo”?

¿Permitirías que tu hijo se ausentara de la escuela porque no le gustan sus maestros? ¿Y luego cruzarías los dedos esperando que el director hiciera algo para cambiar la situación? “Por supuesto que no, Mónica”-dirías. Pues te sorprendería la cantidad de veces que lo hacemos. Simplemente el voto nulo es una prueba de ello. Y es que en nuestro afán por demostrar nuestro disgusto, confundimos el ejercer nuestro poder personal con castigar al “enemigo”. Ambos tienen un alto valor de supervivencia. ¿La diferencia? Ejercer poder personal requiere de estrategias de esfuerzo (no hechas en casa) enfocadas a la acción y al futuro. Mientras que sancionar con el rechazo produce una falsa sensación de seguridad y poder que nos atrapa y nos mantiene dependientes a la victimización, limitando nuestra evolución emocional (el otro es el malo, por eso lo castigo). Aunque, al final los más castigados somos nosotros mismos. No nos confundamos. El voto nulo no es la mejor manera de hacer saber que estamos en contra. Es la peor de las estrategias para manifestar nuestro inconformismo. Más aún cuando muchos de nosotros ni siquiera conocemos los nombres ni mucho menos las propuestas de nuestros candidatos. Y es que cuando las situaciones parecen estar en nuestra contra, es tentador rendirse a la ley del menor esfuerzo para justificar nuestra falta de responsabilidad. Seamos honestos: ¿en dónde están nuestras acciones de inconformismo durante los procesos de gobierno? Definitivamente no es lo más responsable proclamarse en contra del maestro justo el día del examen. ¿Me explico?


No es la crisis ni el mal gobierno, es la apatía.

Hoy te invito a Darle Next! al voto nulo y al abstencionismo que nos estancan al pasado. No defendamos nuestras preferencias desde una posición de debilidad. Las personas Emocionalmente Independientes abogan por lo que produce más valor, no por lo que es más fácil. Enfrentémoslo. El problema mayor hoy día no es la falta de un buen gobierno o la crisis. El problema mayor es la apatía con la que nos resignamos a perder, destruyendo valor generacional. Porque al final, anular un voto no es un reflejo de inconformismo. Dejar de votar es reflejo de un hábito negativo de resignación personal que heredaremos a nuestras futuras generaciones, retrasando su evolución. Porque lo que aprendan a hacer en lo poco, lo harán en lo mucho. En otras palabras, este hábito de conformismo lo aplicarán en otras áreas de su vida como su salud, sus relaciones, su familia, su carrera profesional. El fracaso no se ve el mismo día del error. A nuestros hijos les tocará pagar los platos rotos. ¡Y no lo merecen!
Suscríbete gratuitamente a su Next! Tip y recibe poderosas estrategias para superar los obstáculos y Vivir una Vida sin Límites! Hazlo en nextip@monicavenegas.com o en www.MonicaVenegas.com Todos los derechos reservados. Junio 2009

Mónica Venegas es reconocida Estratega en Independencia Emocional, Consultor, Coach Personal y de Negocios. Desde 1997 Mónica ha ayudado a miles de personas a aclarar barreras internas y dejar atrás pasados obsoletos, guiándolos hacia el Éxito y la Libertad Personal.